¡LIBERTAD!¡LIBERTAD! Con este grito atronador de las más de diez mil almas que llenaban la Misericordia dio comienzo la Feria del Pilar. Que retumbe en los oídos de esos estúpidos responsables municipales que decidieron borrar del programa de fiestas oficial todos los festejos taurinos. Y en los de Ada Colau, capitana general de una generación de políticos liberticidas que nos está tocando sufrir.
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aplausos.es |
Para desgracia suya, ayer la plaza de toros de Zaragoza se abarrotó por cuatro ocasiones con motivo de sendas celebraciones taurinas. En la corrida de toros, después de muchos años, se colgó el cartel de "No hay billetes". Una bendición. Para todos. Incluso, a pesar de los peajes que estos llenos traen consigo. Porque no hay plaza en España que resista la prueba del algodón con los tendidos llenos. La guata del rigor. Porque si Bilbao y Madrid conceden las dos orejas con estocadas defectuosas, ¿quién es Zaragoza para no hacerlo?
Otra cosa es la presentación de las corridas. Lo que debe ser cuestión innegociable por muchos carteles de nohaybilletes que se cuelguen para regocijo de la empresa. Y en eso, ayer dimos un paso para atrás. La corrida de Nuñez del Cuvillo fue anovillada y basta. En 2016 repite. Con toros, como el segundo, de exagerada bizquera. En otros tiempos, motivo de escarnio público para el ganadero titula de tan fea res. Los otros cinco toros restantes adolecieron de fuerza. Ni atisbo de casta. Sangraron más por lo arpones de las banderillas que por la (in)actividad de los picadores, todo ello bajo el aplauso del respetable (otro peaje de los nohaybilletes).
El nohaybilletes y la corrida a modo. Todo en orden para gozo de la terna y del público. Y si un toro se sale de la senda marcada, el bizco, y plantea problemas al torero, ahí están los partidarios de Urdiales, ayer en masa, para aplaudir un enganchón tras otro y pedir una oreja con un bajonazo.
Para Talavante vamos a pedir que le hagan un cabezudo para la comparsa de la ciudad, aunque le quiten las patillas por inadecuadas. Este torero en Zaragoza se inspira. Siempre saca a relucir sus muchos registros. Ayer, el del torero estático, cercano al toro, de absoluto dominio. Faltó toreo clásico pero bien es cierto que puso la plaza en su punto de ebullición. Dos orejas.
Ni la pasión urdialista, ni la quietud de Talavante, lo mejor de la tarde fueron tres chicuelinas y una media de Morante de la Puebla. Cuatro lances, estos sí, de muñecas rotas. Un quite que bien vale una tarde. Aunque sea de nohaybilletes.
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