La (buena) sorpresa de Algarra y Torres. (Crónica Corrida SAN JORGE 2015)

Primero, las disculpas. No hubo crónica de la novillada por estar ausente de mi plaza. Cuando se anunció la feria, ya tenía programado un viaje fuera de Zaragoza. Demasiada previsión la mía.

Las corridas como la de hoy desprenden un falso tinte regionalista y son un trágala que aceptamos porque conocemos el inmenso esfuerzo de los actuantes, su afición, y no hay aficionado maño que no se alegre por ellos. Y con eso juega empresa y/o Diputación. En estos festejos de carácter local la plaza se vuelva fácil y condescendiente con los de casa. Y mientras tanto el abono pierde fuste, la plaza aficionados, y los tendidos rigor.

La corrida de Luis Algarra sorprendió. Para bien. Seria, honda y astifina. Trapío de primera. Variada de juego. Todos con contenido. Cuarto y quinto de triunfo. El de la jota encastado y duro. Bravo en varas el segundo. Nobles el resto.

Bien de capa Ricardo Torres. En el recibo. Carifosco y aleonado el primer toro. Flojo de remos. Apenas sufrió castigo en el jaco. La faena tuvo bellos pasajes, la mayoría, por el pitón izquierdo y en algún remate del desdén. Faltó continuidad. Pinchó bajo, y mató en el sótano. Afeó un trasteo que mejoró los de sus pasadas presencias en esta plaza.

Bueno fue el tercio de varas con Sangüesa a la monta y el serio toro de Algarra que hizo segundo. Una suma de pases, de uno en uno, compuso la faena de mucha voluntad y poco lucimiento. De repente, el toro tornó en maldad e hizo presa con el matador en un remate de tanda. El torero ejeano quedó aturdido mientras el toro se hizo dueño del cotarro, callejón incluido. No del todo recuperado dio muerte al toro en los medios de la plaza.

Ahí mismo, en el centro del anillo, remató de forma sentida su recibo capotero Imanol Sanchez al tercero. Cogió los palos con la cuatribarrada. Viva Aragón. El estilo de Imanol pareando es el que es y no lo vamos a cambiar. A tenor del ruido de palmas en los tendidos parece que gustó. A presidencia no tanto ya que no le dejó poner un cuarto par. Y cayó la oreja. Trofeo pedido mayoritariamente, mitad por la buena estocada, mitad como revancha a un abonado del cinco que con su criterio recriminó la actuación de Imanol.  Soberano es el público y así son las reglas. Pero pases destacables no hubo. Voluntad toda. Que no es poco.

Manseó el cuarto en el primer tercio. Feote. Torres tiene regusto de buen torero lastrado por una carrera larga de tiempo pero corta en contratos. Bonito y torero el comienzo. Templado. Encajado. Con gusto. Ligando los pases. Uno, dos, tres, cuatro. A diestras y a siniestras. Las cuatro primeras tandas fueron éxtasis. De triunfo. Quinta y sexta, valium. Manía de alargar las faenas. Pinchazo y estocada defectuosa que no borraron una notable actuación del matador zaragozano.

Ricardo Torres (http://www.toroszaragoza.es/)

Aplaudido de salida el quinto. Serio. Y bueno. Pronto a los cites y muy franco en la muleta. Noble. Fijo. Nobleza. Entre tanta escenografía se echó en falta más ajuste. Y temple. Y mandar en la embestida. Lo que no faltó fue la oreja pedida por la mayoría. 

El de la jota igual de serio que sus hermanos. Y serio. Duro. Encastado. Para casta, la de Imanol. Valeroso con la franela, temerario con la espada donde se rozó la tragedia. El matador de Pedrola se tira a matar como el que va a rematar un córner. Todo decisión. Prestando más atención en el morrillo del toro que en su mano izquierda donde apenas somete a su oponente para que descubra la muerte. Su camino es duro, difícil, pero su afición y amor por esta profesión es inquebrantable al desaliento. Y sobre esa afición debe pivotar su evolución técnica.

Los excusados del tendido cinco estaban cerrados. Hasta el ocho había que ir para aliviarse. Volvió a sonar Er Chi - Chi.