Dos años de desprecio eran demasiados. Y así lo entendió la gente asistiendo en multitud a la plaza. Registrando una entrada muy similar al día de Victorino. Y en día laborable. Porque el destino les debía una. Nos las debía a todos. A la familia Marcuello. Y a toda la afición maña. Porque no pienso pedir perdón por estar alegre. Feliz. Por el indulto. Y por muchas otras cosas más. Por la familia Marcuello, que dedican su vida a la cría del toro de lidia en el prepirineo aragonés apostando por uno de esos encastes que llaman minoritarios. Contra cierzo y marea. Y por la irreductible afición maña, que ha soportado mil tragos amargos antes de este sorbito de bonanza y dicha. Y nadie nos lo va a amargar por mucho que se empeñe.
La novillada fue espléndida. Seis de seis. Media docena de novillos para triunfar. Para el disfrute del aficionado. De impecable presentación. Para cualquier plaza. Seria y musculada, que no gorda. Imponente. Brava en el caballo y con pies. Los seis recibieron dos puyazos como pocas veces se ve. De humillada embestida en la muleta. Enterita. Seis de seis.
Aplaudido de salida aparecía "Quejoso", tercero de la tarde. Dos puyazos. El segundo, arrancándose de lejos. De bravo. La sensacional larga cordobesa de Varea en la réplica descubrió las virtudes del novillo. A la altura de ese gran primer tercio estuvo Alfonso Carrasco con los palitroques, seguramente el mejor banderillero de este ciclo pilarista.
La faena fue un hervidero desde el minuto cero. Hasta el de Ariza aplaudía desde su localidad del cuatro. Y Bruno, desde la ría de Bilbao. Una locura. El temple como manifestación artística. Varea bordó el toreo. Y Quejoso que seguía embistiendo. En la contraquerencia. Sin atisbo de mansedumbre. Poncinas para cerrar el manicomio. La cosa tornó en tal esquizofrenia que la turba pidió el indulto sin remisión. El presidente aguantó hasta que pudieron sus hombros y porque el novillo no paraba de embestir en los terrenos equidistantes a los toriles. Y sacó el pañuelo naranja contra la voluntad de unos pocos y la alegría de la mayoría. Los exquisitos dirán que no era de indulto, pero existen multitud de razones para perdonar la vida a Quejoso. Entre otras, porque no hizo absolutamente nada de manso. Todo de bravo. Y porque no paraba de embestir. Y el que firma, que pidió matar a estoque al novillo, se alegra infinito del indulto. Incluso, con el reposo, creo que es hasta merecido. Que la polémica del indulto no esconda la magnífica novillada. Como hacía años. Pepe Marcuello dio la vuelta al ruedo, en compañía del novillero, emocionado entre el reconocimiento de sus paisanos.
Miguel Cuartero, novillero local, estrenó plaza con un tremendo susto, cayendo al suelo a merced del burel y saliendo indemne de puro milagro. No se recuperó. Medroso e inseguro delante de un novillo que pedía mando y disposición. Se lo quitó de en medio lo mejor que pudo. División de opiniones en el arrastre.
Al segundo novillo le picaron más que a toda la novillada de Jandilla. Y aún le quedó gas para embestir. Y para engallarse en el centro del ruedo después de las cuatro primeras tandas. David de Miranda no estuvo a la altura salvo en algún pasaje suelto a siniestras. Quiso enmendar al final lo que no había hecho antes pero el utrero le dijo que nanai. Buena estocada y petición no atendida por el palco. Bien presidente.
Precioso el cuarto. Cárdeno. Con pinta de toro. Otro gran novillo. Noble. Humillando hasta el final. Fijo en la muleta. El sueño de cualquier espada. Miguel Cuartero no consiguió la rotundidad que el novillo ofrecía. Un bajonazo para la firma. Palmas de los paisanos.
Mi preferido era "Robahierba". Quinto. Girón. Calcetero. Berrendo en negro. Y lucero. No fue el mejor, pero no desmereció. David de Miranda estuvo perdido. Deambulante. Trapazo va trapazo viene. Pasó inadvertido.
Con el de la jota, Varea continuó su idilio con Zaragoza con un novillo colaborador. Oreja tras una estocada certera.
¡Que vivan Los Maños! ¡Y que viva Santa Coloma!
FOTOS de Carlos Moncín y Víctor Sáez.
1 comentarios:
Totalmente de acuerdo con tu escrito sobre el indulto.De principio tampoco lo pedí , pero el novillo en su deseo de embestir "me pudo" y lo solicite
Te felicito por tus escrito
Publicar un comentario