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Tertulia taurina “Martincho” del Ateno de Zaragoza. “Tauromaquia: de Goya a Picasso”
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2 comentarios:
Magnífico. Siento que fuésemos muy pocos los aficionados que disfrutamos de una velada apasionante, en la que el Dr. Gascón nos contó el origen de su afición cuando siendo un niño, en el taller de su padre (que no era ni fue nunca aficionado) se paró de trabajar al llegar la noticia de la tragedia de Linares. Su posterior descubrimiento de la grandeza y belleza de la Fiesta el día de la presentación de Mondeño novillero en Zaragoza. Su admiración posterior por Paco Camino. Su intervención, como profesional, en el milagro de Ostos en Tarazona. Luego, en los 80, su seguimiento a un torero distinto de gran personalidad y arrollador como fue Paco Ojeda. Sus vivencias personales taurinas junto a Picasso, con quien tuvo el privilegio de hablar de toros. Su pasión por la vida, obra, personalidad y polifacetismo de Ignacio Sánchez Mejías. Habló de nuestro paisano Unceta, padre del cartelismo, de Ramón y Cajal y las primeras fotografías taurinas, de Mariano Benlliure, de la tauromaquia de Goya, de los impresionistas franceses, de Eugenio Lucas, y de muchos otros. De leyendas de la antigüedad, de toros alados que aún se pueden ver en el British, de muchas anécdotas maravillosas, de su única experiencia capote en mano en un ruedo con una vaca a la que ni siquiera se llegó a acercar. Delicioso, con una amenidad que enganchaba y en un ambiente magnífico, con varios socios del Ateneo que no son especialmente aficionados y que ante las reflexiones de Ortega y Gasset, de Tierno Galván, de unos versos de Gerardo Diego, se marcharon convencidos de la importancia histórica y cultural de nuestra Fiesta en España. Nos honró con su presencia la simpática y maravillosa Condesa de Bureta, y presentó el acto el vicepresidente del Ateneo.
Ese es, sin duda, uno de los grandes problemas de Zaragoza. Cada vez hay menos aficionados, los que estamos nos creemos mejores que nadie, y estamos llenos de complejos, celos y protagonismos que nos llevan a la desunión, a hacer cada uno la guerra por su cuenta, y que nos llevan a situaciones como la que desgraciadamente nos toca vivir. Hacer el gran esfuerzo que supone preparar todos los meses un acto taurino en esta ciudad como hace, por ejemplo, Fernando García Terrel en la Casa de Soria o en la Casa de Andalucía, o como hago yo para no perder el reducto taurino del Ateneo de Zaragoza o en algún acto, exposición, etc que estos años atrás realicé en La Misericordia, y ver que los aficionados, generalmente, no responden, es triste y da la medida de esta afición, que se mueve más por filias y por fobias que por la defensa de nuestra Fiesta y de nuestra plaza.
Vivimos el momento más grave de la historia de nuestra plaza en 249 años. Los pocos aficionados que quedamos tenemos el deber moral y una gran responsabilidad por defender nuestra Fiesta y nuestra plaza, o esto se nos va de las manos. Reflexionad todos un poco, por favor. Sumemos, nunca restemos, y aprovechemos las virtudes de cada cual en pro de nuestra afición y nuestra plaza. Ya siento que, conociendo a muchos personajes, esto sea una utopía, pero al menos, que una vez más quede patente mi intento y mi esperanza.
Fernando Polo. Presidente de la Tertulia Taurina Martincho del Ateneo de Zaragoza.
Hola Fernando,
por lo que leo de tu relato, la jornada en el Ateneo resultó la mar de interesante.
He de decirte que me ha gustado mucho tu reflexión final. La de unir en vez de dividir. La de sumar, en vez de restar.
La situación actual de la plaza es muy delicada, pero, sinceramente, creo que aún estamos a tiempo de parar el golpe y empezar a mejorar poco a poco, aunque esto pasa insoslayablemente porque todos los estamentos pongamos nuestro granito de arena.
Un saludo
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