De preámbulo, mis sinceras disculpas a todos por no escribir sobre la novillada de Torres Gallego del sábado en Zaragoza. No pude ir. Aficionados de los que me fío a ojos cerrados me han dicho que fue una novillada notable.
Al día siguiente de mi absentismo, se celebró, en tarde calurosa, y con un tercio del aforo ocupado, la "corrida de Junio", que tuvo su génesis entorno a unas proposiciones u objetivos que finalmente no se han cumplido. Aún así, la cosa se ha salvado de manera aseada. Confieso que me ha sorprendido, para bien, la entrada de hoy. Me esperaba cemento por doquier y, si bien sigue siendo una entrada muy floja, podía haber sido de desierto y capitanas movidas por el viento.
La corrida de Gerardo Ortega ha sido terciada, con alguno de carita anovillada. Todo lo que ha tenido la corrida de clase y nobleza, le ha faltado de raza y duración. Toda ella, se ha venido abajo a mitad del trasteo.
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zaragozatoros.es |
La tarde ha servido para demostrar la oportunidad del reglamento aragonés en cuanto a los trofeos necesarios para salir por la puerta grande. Ver hoy al Cid salir a hombros hubiera rozado lo ridículo. La oreja de su segundo toro, después de un bajonazo fulminante y una faena efectista de nulo contenido, demuestra que el palco empresarial también tiene sus días malos.
Huelga hablar de la tauromaquia de Paquirri. ¡Qué pereza! El otro día decía el "maestro" en su perfil de twitter que los "escolares" no entraban dentro de su concepto de Fiesta. A mí me sucede algo parecido, pero con su concepto del toreo y no con los cárdenos de albaserrada.
Con el de Salteras ando algo decepcionado. A punto de descartar definitivamente su próxima recuperación. Ser lo que en su día fue. Hoy, El Cid, es un torero que abusa del derechazo y del encimismo, cuando la gloria la alcanzó con la zocata y dando distancia a los toros. Y la tarde de hoy ha sido otra prueba de su mutación.
César Jiménez pechó con el peor lote. A duras penas sus oponentes le dieron tres embestidas seguidas, lo que redundó en que el torero de Fuenlabrada se justificara con demasiada mueca y postura, y nada de toreo.
Lo mejor de la tarde, una vez más, vino del orgullo maño. El orgullo que siente esta afición por dos de los mejores toreros de plata del escalafón. Carlos Casanova y Jesús Arruga fueron ovacionados antes, y después, del tercio de banderillas que compartieron. Tres pares sobresalientes, en especial, el de Arruga.
Cierra la Misericordia hasta Septiembre. Tres meses para trabajar en construir una Feria del Pilar lustrosa, de interés y con los mejores ganaderías y toros. Zaragoza, así lo merece.
2 comentarios:
David:
Mira que buena idea nos ha dado el S. Paquirrín o don Paquirrín, que no sé como tratarle. Al paso que vamos va a haber que acabar con las puertas grandes y quien sabe si con algo más. Yo durante estos días en Madrid y viendo como era aquello, te confieso que en más de una ocasión me ha parecido digno de ser prohibido aquello que pasaba en el ruedo y que para mi no es ni Cultura, ni Arte, ni Tradición, pero sobre todo porque eso no es la Fiesta de los Toros; no tiene nada que ver con eso que es tan grande.
Un saludo u solo que Zaragoza se merece una buena feria y poder ver toros algún día de aquí a Septiembre ¿No?
Hola, yo a la que no asistí, fue a la corrida. Tenía que elegir y preferí la novillada. Me pareció que a priori la corrida era más previsible y de menor interés y lo corroboras. En resumen, lo esperado, corrida mansa y descastada, El Cid que se lleva el lote y ni está ni se le espera, Paquirri nada y estupendos pares de los toreros aragoneses.
¿dime? ¿A que tenías pensada la crónica antes de la corrida?
saludos
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