Una buena corrida, un mejor torero. Corrida de Bañuelos en Zaragoza

Después de la lluvia, siempre sale el sol. Padilla ya habla y, aunque se teme por su visión siniestra y la movilidad de parte de la cara, el matador jerezano ya se comunica con sus seres más cercanos. Animado incluso ¡Qué raza la suya! Dios le bendiga. Se lo merece.

Buena la corrida de Bañuelos. Seis de seis. Todos embistieron. Ninguno superlativo pero todo el conjunto ofreció embestidas de triunfo a sus matadores. Bonitos y astifinos. Quizás algo desigual en la comparación entre todos ellos. Un sueño de verano fué el lote de Alberto Álvarez. El castaño que hizo segundo, una delicia para los sentidos. Una embestida de albaricoque en almibar para tomarse el postre de la temporada. Al finalizar la corrida, el mayoral de la ganadería salió a saludar invitado injustificadamente por David Mora.

Serafín Marín lanceó con gusto y empaque a la verónica. Con la muleta algo más aturullado. No ha sido el mejor Serafín visto en Zaragoza aunque cierto es que bien buenos los hemos visto. Aprobado ramplón. Bien en su primero, regular en su segundo. No fue su mejor tarde.

Alberto Álvarez sorteó dos toros de ensueño. Para dar un vuelco a la Feria y ganar contratos para el próximo año. Voluntarioso. Por momentos, entonado. Corrió la mano acertadamente aunque faltó ajuste. Toda la verdad que tenía en el cite primero, lo perdía en el alivio al ligar los pases. Fuera de sitio. Demasiado aire entre toro y torero. Estas deficiencias comprensibles no deben borrar la buena tarde del torero de Ejea. Lo mejor, con la tizona. Perfecto y letal en la ejecución. Dos orejas, una por toro, por dos estimables faenas y dos mejores estocadas.

Una sarta de insultos y descalificaciones inundaban las redes sociales ante la no concesión de la segunda oreja a una faena incontestable de David Mora. Incluso el Juli mostraba su indignación en su twitter. Supongo que en la retrasmisión televisiva la cosa iría por los mismos derroteros. Tremenda la feana, injusto el vilipendio a la presidencia. La espada cayó algo baja. Cuestionable, al menos, la no concesión del trofeo. ¿Para el insulto? ni de blas. Aquel que ponga en sus labios las palabras de "ladrón", "inútil" o "tonto" para el presidente, que vaya a la plaza de su ciudad o pueblo y pida la segunda oreja cuando la espada no esté arriba. Aquí en Zaragoza, por ahora, seguimos pensando que la colocación del estoque es importante para el máximo botín. Aún habiéndose podido equivocar hoy, mi apoyo a Manuel Pasamontes.

Independientemente del embrollo con el palco, la faena de hoy de David Mora es una de las faenas de la temporada. Sensacional. Un toro nada claro que demandaba zapatillas inmóviles, valor, muleta confrontada y un pedazo de toredo delante. Lo había. Vaya que si lo había. David Mora ha toreado con una jerarquía y condición al alcance de muy pocos en el escalafón actual. Rotundo. Sometiendo una embestida fiera y nada ortodoxa. Tandas completas firmadas con pases de pecho de cartel. Tremendo. Rompiendo al toro por abajo. 

Su mérito residió en torear tan bien un toro tan incierto y sañudo. Estocada hasta la bola. Una oreja y bronca al palco. Feo el gesto del matador dejando la oreja en el albero y no paseándola en su triunfal vuelta al ruedo. Una no, dos vueltas fueron. La gente moratizada, y con razón. En el de la jota volvió a demostrar su suficiencia actual. Estocada caída y tendida. Oreja de hojalata en comparación con la anterior, de diamante.

Si no pasa nada fuera de lo normal estos dos próximos días, David Mora debería entrar en la corrida de Las Ramblas. Simple justicia torera.