El guión parecía escrito antes de empezar. ¿Que Mora iba a gustar? Pues si. ¿Que Las Ramblas no iba a embestir? Pues también. ¿Que Castella se iba a arrimar? Nos lo imaginábamos. ¿Que Ponce está en otra historia? ¿Quién lo duda?
Fuera del guión escrito apareció un calor asfixiante para un 11 de Octubre zaragozano. Por poco acabamos derretidos cual polo de fresa en manos de un niño.
Alto y largo el primero. Enseñando las puntas, bueno, las puntitas. Precioso el traje de Ponce, el de su tercero, de chirigota. Cumple el toro en el caballo, q no es poco. Faena made in Ponce. Pero de las de sin sal. De las académicas. De las que se estudian en la Facultad de Enfermería. No creo q haga falta describirla, nos la sabemos de pé a pá. Soba que te soba. Tanda paquí, tanda pallá. El traje impoluto. Dos molinetes. Y a pinchar. Por dos veces. Dos avisos desde el palco para firmar su obra académica. Una faena sin aviso no es una faena de Ponce. Tostón para empezar.
Castella, después de muchos años sin venir, por fin se dignó a visitar nuestra bicentenaria plaza. Qué honor el nuestro. Hasta el quite inmóvil de Mora, rezando todos para que el toro no doblase las manos. El de las Ramblas embiste al tran tran, a paso burra. Lo que en ambientes agropecuarios se llama trote cochinero. Y allí estaba Castella dando pases. Uno, dos tres. Aburriendo al personal.
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FOTO: Nayade Moncín. (burladero.com) |
Bonito el saludo capotero de Mora al tercero. Muñequeando con gusto y echando los vuelos con alta prestancia. Jesús Rodriguez y Victor Manuel Martínez se desmonteran en una meritoria labor con los palos. Estético comienzo. Donde otros acortan las distancias, David Mora le da las ventajas al toro. Donde otros esconden la pierna, él la echa delante. La muleta siempre adelantada en el cite. Este no vende falsificaciones de mala calidad. Este torero vende el toreo de siempre, el autentico, el de muchos kilates. Magistral faena a un toro noblón y móvil. Estoconazo y una oreja a ley. Sopas con onda a sus compañeros.
El cuarto se astilla los dos pitones en el primer roce con el burladero de toreros. Impresentable para Zaragoza. Abanto de salida. Despistado. La cuadrilla de Ponce en apuros. Las hay mucho mejores por ahí, una ayer y dos mañana, por poner tres ejemplos. De Ponce podemos decir todo lo dicho anteriormente de David Mora, pero al revés. También el billete, para Enrique el grande, para Mora el chico.
Otro mal presentado el quinto. Cornivuelto. Un amigo me avisó que quizás se hubiera escapado de chiqueros por sorpresa. Nada que ver con sus hermanos. Como el patito feo del cuento. Vibrante comienzo en tablas del francés. Javier Ambel fue reprendido por el aguacilillo por meter un capote desde el callejón. Por dos veces. Hasta que no de empiecen a multar este tipo de actos se seguirán perpetrando impunemente. El toro es geniudo y tardo. Castella acorta distancias. ¿Dónde he visto yo esto? En esta ocasión no le quitaremos mérito, el toro era incierto, imprevisible y de no muy buenas intenciones, aparentemente. Pinchazo. Estocada trasera y atravesada. Salió al tercio a recoger la ovación. Bronca al Presidente. Bien el Presidente.
El de la jota fue semejante a sus hermanos. Mientras la gente pide música, la faena no acaba de romper. El toro se apaga. Una pena. Mora deja muchas certidumbres en su toreo. Se ha ganado a la afición maña.
Por cierto, no hay día que algún torero no se tropiece por el mal estado del piso.
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