Curro de la Casa y un disfraz. Novillada de TORRENUEVA en Zaragoza

Lo sé. Esta crónica va con retraso y en cierta manera ya pertence al pasado. Como los toros en Barcelona. Uno tiene sus obligaciones laborales y sus devociones de aficionado, y entre ellas está el sufrimniento zaragocista, que vistos los últimos horarios de los partidos, además de sufrimiento, resulta un esfuerzo revelador contra la almohada y morfeo. Con este panorama, en ocasiones se hace ciertamente complicado sacar un hueco para sentarse delante del ordenador y contar lo sucedido en la Misericordia. Porque aunque alguno piense lo contrario, vivimos de madrugar todos los lunes y no del blog. Manifestadas las excusas, vayamos a lo sucedido.

Buena fue la novillada de Torrenueva, origen Cebada Gago. Correcta de presentación. Igualada. Buena para torear. Buena para demostrar que se está en esto para vivir del traje de luces. Aunque alguno ayer su vestimenta fuera más adecuada para cantar una chirigota en los Carnavales de Cádiz que para presentarse en una plaza de primera categoría como es Zaragoza. ¿Se puede tener tan mal gusto para aparecer con un terno rosa chicle con bordados de hilo blanco y remates negros? Si, se puede. Luego están los que se apuntan al azabache "de pellizco", como si ya fueran artistas amorantados antes de empezar a matar utreros. El único que vistió como se debe fue Curro de la Casa, azul marino y oro. Curiosamente, el único que demostró tener capacidad de lidiar y cuajar un novillo con casta, movilidad y fondo. Un novillo de bandera. Curro de la Casa volvía a Zaragoza después de demostrar el año pasado su gran potencial con la novillada de los Maños. Un año después, ha añadido técnica, temple y colocación a su ya demostrado valor sereno. A su primero, un eral blando y noble lo toreó con gusto y temple. Oreja. Más destacada fue su faena al quinto de la tarde, un burraco que aunque manseó en el primer tercio, derrochó fijeza, largura y emoción. Su derroche de casta puso en bandeja treinta embestidas que el novillero aprovechó para torear profundo y encajado, dejándoselo venir en largas arrancadas, inmóvil la planta y la suerte cargada. Ligando las tandas con cuatro y cinco muletazos para rematar con unos pases de pecho superiores. Tres circulares templados pusieron el preámbulo a una suerte suprema de recibir que marró, motivo por el que perdió un triunfo más sonado con una puerta grande de peso.

De Dorian Dejean y Gabriel Pericás, además de tener muy mal gusto vistiendo, no han sabido, o no han podido, cuajar sendos buenos novillos, primero y sexto. Demasiado toreo accesorio y poco o nada del fundamental. Temerosos y sobrepasados en muchos pasajes de la lidia. Siempre al hilo. Entre los dos llegarían a los treinta enganchones, que no son pocos. Tercero y cuarto, también merecieron mejor suerte.

El próximo Domingo se celebrará la gran final de novilladas sin picadores en la que actuarán, por méritos propios, los novilleros Martín Escudero, Brandon Campos y Curro de la Casa que darán lidia y muerte a novillos de la ganadería aragonesa de Los Maños.