Ya hemos consumido siete días de este 2011 y parece que fue ayer. Ahí estamos, adaptándonos al nuevo dígito y enfrascados en la definición de los buenos propósitos para este año. Prometo cumplir alguno. Son días de nuevos proyectos y flamantes ilusiones. Arreglar aquello que años pasados no hicimos del todo bien.
Tambien hemos pensado, como no, en los toros. ¿De qué manera afrontar la temporada taurina para este año? Como cualquier torero que se tercie, (me dicen que ya hay alguno de los de arriba que tiene una lista, más bien pequeña, de dónde y cuánto quiere torear este 2011), yo también he empezado a pensar en cuáles van a ser los principales trazos de mi temporada de aficionado y dónde colocaré esos puertos de primera responsabilidad. Aquellos sitios donde acudes con una ilusión desmedida y disfrutas de tu afición como si te la fueran a prohibir. Desafortunadamente, esto no ha sido siempre una frase hecha y en alguna ocasión ha rozado la literalidad.
El abono en mi tendido 5 de la Misericordia será la base de la temporada. Después de lo del año pasado, les aseguro que volver a pasar por taquilla es un acto, mitad masoquista, mitad de trastorno mental transitorio. La cosa, al menos en el tema ganadero, parece no pintar mal. Aunque como dijo aquel santo bíblico, -ver para creer- (Santo Tomás).
Pisaremos alguna plaza aragonesa más. Con las excasas que tienen actividad, parece raonable y justo aparecer por alguna de ellas. Por cercanía o por cariño. Volveremos a estar en los sanlorenzos oscenses. Son muchos años yendo, y aunque somos conscientes a dónde vamos y qué es lo que vamos a ver, al final siempre acudimos con ilusión. Cuestión para un psicoanálisis. Los amigos taurinos, por escasos, tiran demasiado.
Apúntenme al
ciclo de novilladas de Andorra. Esa no me lo pierdo. Allí estaré si el tiempo y las circustancias lo permiten. Me consta que no seré el único.
A partir de ahí, nada es seguro, si bien hay ideas e intenciones previas y preferentes que me rondan la cabeza.
Espero y deseo que el 2011 sea el año de mi presentación en plazas francesas. Entre Ceret, Vic-Fezensac y Bayona puede estar la elegida, aunque tampoco descartaría al coliseum de Nimes si la
peñaflorense se arranca con un viaje. Lanzo el guante. Sino, espero poder engañar a algún amigo para que me acompañe
ta Francia, como dicen en el pirineo oscense.
De aqui en adelante, irán surgiendo oportunidades según vaya transcurriendo la temporada. Como el torero que está bien y le llaman de otra. Me apetece conocer Logroño, Arnedo y Azpeitia. De las dos primeras me han hablado muy bien y apenas dista a hora y media de mi ciudad. Qué mejor excusa para darse un garbeo por la calle Laurel o degustar una menestra de verduras riojanas. De la tercera decir que ya son varios los años en los que he sido invitado por amigos que frecuentan esos lares pero que, por unas cosas o por otras, aún no he podido acudir a los sanignacios. De esta plaza solo me llegan buenas palabras, me dicen que es la plaza más afrancesada de nuestro país. Apetece, y mucho.
Supongo que habrá que ir a despedirse de la Monumental de Barcelona. Y si es con José Tomás, mejor que mejor. También volveremos a pisar la Calle de Alcalá, algún día suelto. Las facilidades que da el AVE nos lo pone a huevo. Me temo que los carteles con remate serán inaccesibles para los foráneos. Vistalegre solo se hará si voy bien acartelado y toreo dos tardes. Traducción simultánea: iremos al coso carabancheleño si, y solo si, surge la posibilidad de programar un fin de semana rotundo por los madriles con varios de mis amigos maños. Ya me entienden, no solo de toros vive el hombre. Madrid tiene una oferta culturociosagastronómica inmejorable.
Seguro que la programación distará bastante de lo que luego suceda. Necesitaremos seguir contando con los tres pilares de cualquier aficionado viajero que se tercie. (1) El respecto de la salud que en mi caso, y cruzo los dedos, hasta ahora no ha sido inconveniente, (2) un trabajo estable y digno, figura en peligro de extinción, que aporte ese suficiente soporte pecuniario con el que afrontar los gastos que este tipo de viajes conllevan y (3) la transigencia de los seres queridos que te rodean. Personalmente cuento, y creo que es justo su reconocimiento público, con la comprensión y la paciencia infinita de mi novia.
¿Y ustedes? ¿Cuáles son vuestros planes de temporada? Espero poder saludarles en persona a muchos de ustedes por esas plazas de Dios.