Corrida de ANTONIO BAÑUELOS en Zaragoza. Feria del Pilar 2010

Los dos toreros supuestamente taquilleros, no lo fueron. Ayer el coso de La Misericordia registró, seguramente, la peor entrada de los últimos años el día de la Virgen. Eso de que Paquirri lleva gente a la plaza es una milonga que no cuela. Por tres marujas que trae, echa a cuatro o cinco aficionados de su localidad. Luego claro, la mitad del tendido no sabe casi ni quién es Jesús Millán, ni que ayer era su último día vestido de luces. No me equivocaré mucho si afirmo que más de la mitad del público congregado no le había visto torear en sus once años de alternativa. Un torero de carrera digna y profesional no se merece que su plaza le despida con una tibia ovación. Incultura e insensibilidad taurina. 

Seguro que Jesús Millán habría soñado con otra despedida. En un cartel de postín, de figuras, y con un sonoro triunfo. No fue así, ni una cosa ni la otra. Quede para el recuerdo aquella primavera del 2003 cuando abrió la Puerta del Príncipe con una corrida de Miura. Que le vaya bonito.

Su cuadrilla si que le honró para despedirle. Roberto Bermejo excelso en la lidia. Julián García Escartín y Jesús Arruga rotundos y valerosos con los palitroques. Ellos si saben quién es Jesús Millán.

La corrida de Antonio Bañuelos decepcionó. No acabó de romper. Sosería hecha carne. Varios mansearon y alguno rozando la invalidez. El sobrero del Torreón aún fue peor que sus compañeros de chiqueros. Si acaso primero, cuarto y quinto, tuvieron algo de calidad.

Paquirri, también llamado Francisco Rivera Ordoñez, pertenece a "la otra Fiesta". Descolocado siempre. Sin ajustarse y tirando de pico. Infumable. Apunto estuvo de acabar en la Quirón por imprudente, mala elección de los terrenos y reprochable torpeza de su banderillero que le tapó el escape del burladero. Saltó por los aires como un muñeco de trapo pero el manto de la Virgen le echó un capote. Todo quedó en un susto.

Del Fandi resaltar que fue la ocasión que mejor le he visto banderillear. Al de la jota. Mucho tuvo que ver que el toro estuviera agarrado al terreno y aculado en tablas. No hubo carreritas y el granadino tuvo que correr buscando toro y no al revés, como suele hacer.

Lo mejor de la tarde, la jota de los toros que interpretaron a la perfección dos joteros de la tierra y que honraron de la mejor manera posible a aquella gente que un buen día se arrancó a bailar en los tendidos al son de una jotica. Gracias a ellos, hoy pervive la bonita tradición del toro de la jota. Desde este blog tenemos mucho que agradecerles.

FOTO: heraldo.es