Maldito "qué dirán". Un complejo de inferioridad envuelto en absurdas corrientes sociales de color snob nos sacude en la cara a modo de mordaza. En ocasiones padecemos inexplicables complejos y nos sentimos retraídos a contar al mundo que nos gusta fumar en pipa o ver el programa rosa de esa cadena.
Los aficionados a los toros y demás proclives con la Fiesta estamos en un continuo y presunto examen de integridad y decencia. Las bajas calañas sociales y políticas donde se autodenominan como los salvaguardas de la moralidad están extendiendo la tinta del antitaurinismo cual calamar asustado. Si su difusión hipócrita sólo exhibiera sus idearios malamente llamados animalistas, estarían ejerciendo su derecho de libertad de pensamiento que luego niegan al disidente. Lo terrorífico del caso es que no es un simple ejercicio panfletario sino un intento de cambiar los cimientos morales de esta sociedad con el fin de aislar socialmente a los defensores de la Fiesta de los toros.
Ante este panorama, empiezan a aparecer ejemplos de
mutismo por el foro. Por el foro, por el "qué dirán" o por simple complejo moral. Asqueroso.
No hay nada mas lejos de la integridad humana que alejarse de tus ideas y compromisos personales por unas presiones nacidas desde los más bajos fondos de la sociedad.
El aficionado se piensa dos veces si decir que es aficionado. El antitaurino no, el siempre está orgulloso de vociferar sus soflamas.
Respeto los miedos individuales, pero ante ataques iracundos y airados hay que responder con el sosiego de la decencia del que no se avergüenza de ser aficionado.
Dos maneras de actuar. Decencia y cobardía en contraposición. Mientras a Victor Valdés, aficionado a los toros y portero del FC Barcelona, le aconsejaron desde su club no volver a pisar una plaza de toros por cuestiones de catalanidad blaugrana, la Infanta Elena se pone el mundo por montera y acude orgullosa a territorio ostil para hacer pública su afición a los toros, vistiendo un precioso traje de Lorenzo Caprile inspirado en motivos taurinos, con guiños goyescos y fabricado con seda de capote. Conozco ese país y la sociedad sueca no entiende cómo nos pueden gustar los toros en España, sin embargo, nunca intentarían coartar nuestra libertad de acudir a las plazas.
La libertad empieza por uno mismo. No avergonzarse es el primer paso hacia la libertad individual. De la libertad colectiva ya se encargan otros, por desgracia.
7 comentarios:
Bien por la infanta.
Como bien dicen la culpa de todo la tiene Walt Disney, desde que sus animales empezaron a hablar y a divertir a los niños estos se piensan que las hamburgesas, el pollo, el ternasco se crían en las neveras.
Hoy en día llevar a tu hijo pequeño a los toros te supone que el resto de las personas a los que les comentas que vienes de ver una corrida con tu hijo te miran como un bicho raro y alguno pensara que como educa este a su hijo. Asi estan las cosas en este pais de soplagaitas.
LAGARTITO, no te falta razón. Además, ya se encargan los estamentos públicos de poner todas las trabas del mundo para que los niños no puedan acudir a una corrida de toros.
Pero esto viene de relativamente hace poco. Yo recuerdo que a mí, mi abuelo me llevaba a los toros con 7 u 8 años con toda la normalidad. De esto hace solo veintipocos años. Walt Disney ya existía en los años 30 y entonces nadie discutía moralmente a los aficionados como se hace ahora.
Por otro lado y dejando aparte el sentimiento monárquico de cada uno, el gesto (y ya van varios) de la Infanta Elena, es de agradecer.
Un saludo
http://www.marca.com/2010/06/22/futbol/equipos/barcelona/1277208115.html?a=MA19a56a39c955430aa99d6c27b0e56da08&t=1277365565
Otro ejemplo más de lo que hablamos. Ya se ha encargado el susodicho a desmentir que su celebración es un gesto taurino para no "molestar" a su nuevo club. Lamentable.
Particularmente creo que la Fiesta se defiende de otra manera. No entiendo dónde está la defensa en llevar un traje extravagante en Suecia o la conchinchina. Son detalles vacuos, como lo de hacer el paseillo con la barretina o la senyera. La Fiesta, se defiende denunciando a todos aquellos corruptos que exprimen hasta su muerte a la gallina de los huevos de oro. Para muestra, estos personajes de la Mesa del Toro, que sacan una tarjeta de crédito con la que se llevan un porcentaje. Como todo marcha tan fenomenalmente bien, dedican su tiempo a estas cosas. Otros que defienden la Fiesta.
Saludos
Antonio, en este post no quería hablar de cómo o quién debe defender la Fiesta (aunque el tema tenga cierta relación) sino de la libertad. De la libertad individual de hacer pública nuestra afición a los toros y no sentirnos inferiores moralmente al de la acera contraria. A mi el paseillo de Serafín Marín mas que una manera de defender la Fiesta de los toros me pareció mas un signo de libertad, y por ello lo defendí y apoyé.
Respecto a tu comentario. Totalmente de acuerdo que la Fiesta donde primero se tiene que defende es desde dentro y precisamente en esto, el mundo del toro deja mucho de desear. Los intereses egoístas, individualesde y cortoplacistas de los que tantas veces hemos hablado ya.
Un saludo
Con la que está cayendo, Antonio Díaz, cualquier gesto es importante. Y esta mujer se harta de dar ejemplo en lo que ella puede. Si la defensa la dejamos sólo en manos de los "de dentro" vamos apañaditos. Entre otras razones, porque han sido los "de dentro" los que se han cargado el cotarro poco a poco desde tiempo inmemorial.
Lo de la defensa de la libertad y el despojo de complejos es más importante todavía que defender la fiesta. Y por ahí hay que atacar, señores, no disertando en foros casi clandestinos. Dando la cara y atacano por donde más duele a la sociedad.
Por cierto, señor Diez, me permito el lujo de enlazar este artículo en mi "feisbú". Hacer "proselitismo" entre los que no saben de toros, también es un gesto vacuo, pero eficaz.
Y tengo la costumbre de hacer proselitismo vacuo, defender las libertades y obligar a despojo de complejos.
elena, encantado de que enlaces este artículo en tu facebook. Hazlo siempre que quieras.
Totalmente de acuerdo con tu reflexión elena. Disuclpa la tardanza en contestarte.
Un afectuoso saludo
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