Si lo se no vengo. Tantas prisas para ver tal coñazo de novillada. Este fin de semana lo he pasado en Valencia celebrando las primeras nupcias de un gran amigo (Felicidades Nano). Aun con las consecuencias físicas que estas celebraciones suelen llevar consigo el día después, esta mañana decidí volverme antes de lo previsto para poder llegar a ver la novillada de Miranda Moreno. Decisión equivocada visto lo visto. Mas me hubiera valido quedarme a saborear una paella con la playa de la Malvarrosa de fondo.
La novillada fue desigual, con varios novillos serios, sin fuerzas, mansa y con un muerto viviente como 4º. Fue remendada con un novillo de Hermanos Marcén de poca presencia.
El 1º de la tarde enseñaba las puntas. Desclasado, sin fuerza, cabeceando como si estuviera escuchando música dance. Tardo en la muleta. El turolense Sergio Cerezos deja algún pase suelto entre el desacople. Mata de bajonazo que provoca hemorragia bucal al astado. Pitos en el arrastre. El 4º era un semitoro, pero solo de estampa. Ni una gramo de fuerza. Un muerto viviente. Debió ser devuleto por donde salió. Parte de la culpa de que así no fuera resultó nuestra, apenas se protestó desde el tendido su escasez de energía y vigor. El novillero anduvo manchándose el vestido de sangre con aquella estatua con forma de toro. Eso es lo que yo llamo ponerse pesado. Esperamos que Sergio Cerezos disfrute de mejor suerte en la Feria del Ángel, donde tomará este año la alternativa.
El 2º fue un colorado bizco del pitón izquierdo. Rematado. La suerte de varas mal, requetemal. Para variar.
Precioso el comienzo de faena por abajo, a la postre lo mejor de la tarde para el gusto del que firma. La faena de más a menos. Por el pitón izquierdo no hay ningún tipo de conjunción. El remate de los pases por las nubes. Escupiendo al toro para afuera. Cuesta abajo y sin frenos. Varios sustos por decubrirse antes de matarlo de estocada tendida después de un pinchazo. El 5º era un novillito con cara de bebé. Ni gota de fuerza en la guantera. Fue devuelto. Le sustituyó un sobrero de Hnos. Marcén. Sin remate. Chico. Muy chico. Un inválido. Lo malo que aún quedan más de estos en corrales para completar el banquillo del próximo partido.
Emilio Huertas dio una clase de lo que es destorear. Siempre despegado. Toreando con teleobjetivo. Tirando la caña de pescar. Fuera de sitio. No vale cruzarse al pitón contrario en el comienzo de la serie si luego cabe un tren de mercancías entre toro y torero en el resto de los pases. La taleguilla quedó impoluta. Estocada caída y oreja de la incultura taurina. En el sexto añadió el pico a la clase del destoreo. Un manso de libro. La suerte de varas brilló por su ausencia. Con el capote se gustó en un ramillete de verónicas y dos medias. Después del palo, justo es decir que no todo lo hizo al revés.
La banda de música mal, sin criterio taurino ni decibelios. Cara y cruz para decidir si tocan. Al tun tún. Luego llega el toro de la jota y le bajan el volumen. No se si mis tímpanos se han quedado afectados de los petardos valencianos pero desde mi localidad apenas se oía. Por favor, un respeto con la Jota que es una cosa seria. No es chufla festiva sino tradición. Una tradición nuestra.
FOTO: BURLADERO.COM
2 comentarios:
gran cronica que resume prefectamente la novillada de ayer, no entiendo como la misericordia , unos dias parece las ventas y otras un pueblo ¿no hay un termino medio?
Me sorprendió la nula protesta al inválido cuarto. La oreja de Emilio Huertas de pueblo. No hay unamidad de criterios en los tendidos, luego pedimos a los presidentes que tengan coincidencia un sus valoraciones.
Seguramente mucha de la culpa la tengan las entradas de gañote.
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