Novillada de FLOR DE JARA en Zaragoza

Seis flores de primavera, seis flores para un ramo. Ese ramo que regalarías a tu novia para San Valentín. Así fue la novillada de Flor de Jara, un regalo de San Valentín para cualquier novillero. Justa y entipada. Agradable de cabeza, sin estridencias. Colaboradora en la muleta. Con mas fijeza que un jubilado cuando pasa una adolescente con minifalda. Sin ser de alboroto, la novillada puso el triunfo en bandeja. 

La gente sacó a saludar a Miguel Cuartero en reconocimiento de la dignidad y capacidad  torera demostrada en el envite inesperadao del año pasado en esta misma plaza. 

El primero fue noble, con fijeza. Murió en los medios respirando por las fosas. Con calidad. Esaú aburrió, y mucho. Con la espada y el descabello para hacérselo mirar. El Presidente le perdona el tercer aviso y la vergüenza.

La segunda flor del día tuvo una embestida con clase, humillando. Fijo en la muleta. En el caballo se le hacen las cosas mal, para variar. Miguel Cuartero ejecuta un trasteo de calidad pero sin ligazón. Mucho gusto en la faena de muleta mas falta emoción para llegar a los tendidos. "Sin ligazón no hay paraíso" si fuera una serie de televisión. Mata arriba y recibe una oreja por cortesía del paisanaje. Un tercero llamado César Urdaniz perdona dos o tres vidas a aficionados del 4 mientras Miguel Cuartero da la vuelta al ruedo.

El tercero de Flor de Jara es un mansito encastado que humilla para el que lo quiera. Rehuye la pelea cuando le dejan un hueco pero transimite si le tapas la salida. Antonio Espaliú gusta en el tendido. Aquí hay torero se oye. Mucho gusto y torería en su trasteo. Pausa y cabeza entre tanda y tanda. Comparaciones que no le hacen ningún bien. Un derechazo eterno con la cintura rota pone a todo el mundo de acuerdo. Mal con la tizona. Estropea lo hecho anteriormente pero deja buen regusto. Antes, Domingo Siro se desmontera con los palitroques.

El cuarto fue el peor. Con malas intenciones pero sin excesivo peligro. Un manso sin ser un cabrón pero si cabrito. Esaú tosco, muy basto con la muleta. Arrimón para justificar y aburrir. De toreo, nada de nada. No cuela.

El mejor novillo de la tarde fue el quinto. Precioso de hechuras. Para llevárselo a casa. Bravo en el caballo, al que derriba. Mientras levantan al caballo a Ángel Esteban no se le ocurre otra cosa que citar al toro y pegarle un capotazo con la salida en el morro del jamelgo tumbado. Espantada. Cuerpo a tierra de la infantería. Se solucionó sin consecuencias. Miguel Cuartero trastea con temple. Falta ligazón y colocación. Demasiado académico. Es lo que tienen las escuelas de toreros. El novillo pide guerra y Cuartero firma la paz. La figura muy compuesta y pases de mucha calidad, pero para cortar orejas hace falta algo más. Todo demasiado pulcro, sin picante. Lo mejor un cierre muy torero por abajo. Mata arriba de estocada tendida. Cinco descabellos le quitan la oreja. Hay base, pero falta camino por recorrer. Igual un cambio de aires no le vendría mal a Miguel Cuartero. Podemos tener torero en Aragón. Ovación en el arrastre para el novillo y más que palabras en la vuelta al ruedo con división.

Al sexto lo masacraron en el caballo. No se puede hacer peor la suerte de varas. Culpa del varilarguero y del que lo dirige. Antonio Espaliú derrochó gusto y pellizco. Sabor andaluz. De donde nació el aje. El tomillo y el romero. Además de pellizco hubo toreo, y del bueno. Hondo y profundo. Al novillo le faltó fuelle y final. Que le pregunten al picador a ver si sabe algo al respecto. Vuelve a emborronar lo hecho con la espada. Apetece mucho verle. Ilusiona, y eso es mucho. 

La novillada se dejó. Con calidad en las embestidas. Fija en la muleta. Con posibilidades de triunfo.  Faltó bravura y sobró bondad. Antonio Espaliú dejó poso y torería, Miguel Cuartero subió otro escalón y no perdió nada de lo ganado el año pasado y Esaú dejó entender su concepto del toreo basto y de ahogo. Nos divertimos, que no es poco.

FOTOS: BURLADERO Y MUNDOTORO