No corren buenos tiempos para Victorino. Varios disgustos seguidos y el crédito conseguido en temporadas anteriores bajo mínimos. Las razones, solo las sabe el ganadero, aunque viendo sus últimas presencias durante esta temporada en plazas de renombre se vislumbra en qué pueden consistir éstas. Madrid no sabe, no contesta. Ayer fue Zaragoza. Otro tropiezo. Poca fachada, y lo que es peor, nada en la guantera. Depósito de bravura vacío.
La corrida de ayer, cierre de la mini Feria de San Jorge, estuvo justa de presentación. Dos toros pasaron por los pelos el mínimo peso para una corrida. El pesaje parecía de un combate de boxeo, por lo de no pasarse del peso reglamentario. El 4º, a la postre el de mayor juego, clavó los 460 kg y al primero se le escapó un kilo de más. Precisión de báscula. Aun baja de presencia, la corrida fue armónica y entipada, salvo el sexto. En el caballo pasaron de soslayo, apenas les dieron tralla. Cuidados intensivos. Faltó fuerza, varios doblaron las manos y uno voló por los aires para darle un beso en el morro a una señora situada en la barrera del tendido 4. A la señora no le debió gustar el aliento del toro, tuvo que pasar a la enfermería a enjuagarse. Su acompañante la escoltaba con las rayban tuertas, sin uno de los cristales tras el beso de tornillo. Creo que para la Feria del Pilar van a quedar libres dos abonos en la barrera del 4.
El lote de Paulita infumable. La necesidad de contratos chocó con la falta de material para hacer méritos. Paulita dejó detalles de su ya conocida clase y una estocada horripilante, de las más feas que he visto en mi vida. Urdiales dió una buena impresión, en su primero ejecutó el toreo de corte clásico, dando el medio pecho y bien colocado. Pinchó y perdió la oreja. En el quinto no acabó de acoplarse. Este torero merece un sitio en las Ferias, como demanda el amigo
Pablo G. Mancha. Quizás le falta ligar más los muletazos y rematar las faenas con la espada. Sigo con ganas de volver a verle. Ferrera sorteó el mejor lote de la corrida. El cuarto daba para estar bastante mejor. Un tercer par por los adentros de mucha exposición. Ferrera se empeñó en no bajarle la mano y rematar los pases por las nubes. El toro protestó, quería guerra a centímetros de la arena.
La plaza, menos de la mitad del aforo. Pero no se lleven las manos a la cabeza, ni más ni menos que años anteriores con los Rivera o Morante en el cartel. En San Jorge a la plaza vamos los mismos mas los aficionados visitantes de rigor.
En resumidas cuentas, D. Victorino Martín tiene que hacer un ejercicio de reflexión interna y ver de dónde viene este cambio a peor que han sufrido sus animales de un tiempo a esta parte. El tema del trapío tiene una solución relativamente sencilla, el problema es lo que llevan dentro.
6 comentarios:
Victorino tiene un problema pero confio en que pronto nos hara disfrutar de sus cardenos. Hay mucha gente que le tiene ganas y al mas minima debilidad se han tirado como hienas.
Una cosa es cierta, no se si os dariais cuenta pero ayer el público se comporto como nunca lo había visto, todo el munndo pendiente de lo que pasaba en el ruedo, casi no me creia que estaba en Zaragoza.
Estoy de acuerdo Lagartito. Eso de que le tienen ganas ya lo veo leyendo infumables comentarios de algunos aquí, que se creen salvadores de la fiesta y son el prototipo del antiaficionado, como si esto de la selección y del mundillo taurino fuese tan fácil de lidiar para los ganaderos..
Luis Gomez
A Victorino lo que tenemos ganas es de que le salgan toros fieros, con poder y embistiendo largos por abajo, pero lo que es es y fue una filfa de corrida, sea de Victorino , de Agamenón o de su porquero.
Yo voy más allá que el anfitrión (vuelves a clavar la realidad de la corrida) y diría de deficiente presentación, más que de justa.
Llavero
LAGARTITO, tienes razón el buen comportamiento del público. El respeto del público se lo ha ganado durante años, pero 2 o 3 tardes más como la del Domingo y la gente empezará a protestar el lamenteable juego de sus toros.
Llavero, no se si deficiente o justa, pero lo que es verdad que la presentación no fue la ideal para una plaza de primera. Más aún sin tener que lidiar este año en Madrid dos tardes como hacía habitualmente años anteriores. Si esta es la cabeza de camada, tiene otro problema con el trapío de sus toros.
Desde luego que tiene un problema y el que no vea y diga, desde luego no aprecia al ganadero, porque la verdad no hace mal a nadie.
El primer fiasco no completar la corrida ¿en Abril en Zaragoza no hay sobreros y cuela tres toros indecorosos?
Y en cuanto a la blandura, falta de poder y poquitas ganas de embestir, salvo el cuarto, con sus matices, en mi opinión haría bien en seguir este consejo que le escuché a D. Fernando de Cuadri padre. El mejor socio del ganadero es el matadero.
Saludos y adelante
Llavero
Victorino tiene un problema, sí.
La ganadería está perdiendo continente y contenido.
Pero hay que darle tiempo. Se lo merece. Y es que es absolutamente cierto que hay mucha gente que le está esperando para sacudirle.
Perdonadme que cuente una anécdota de Bilbao. El año anterior a la gesta de El Cid, la corrida de Victorino fue un fracaso.
Pues en ciertos coloquios ya se alzarón voces diciendo que había que mandarle a la nevera y dejar de traerle a Bilbao.
Y eso que, como recordó un aficionado que salió en su defensa, Victorino era el ganadero que había ganado más premios tanto del Cocherito -toro más bravo- como de la Junta -corrida más completa- en los años anteriores. ¿Y por un año "malo", ya lo querían desterrar? Y encima nadie decía que la corrida no fue tan mala, pero que estuvo pésimamente lidiada.
No se hizo caso, el año siguiente el Cid triunfó con un encierro solo un poco mejor -El Cid sí lidió bien la corrida- y al otro Victorino y Fuente Ymbro -y en parte Torrestrella- fueron las únicas ganderías que dieron la talla en las Corridas Generales.
Así que crisis, sí. Pero muchos buitres revoloteando a Victorino, también. Démosle tiempo.
A ver qué pasa en Bilbao. El año pasado fue un fracaso, como casi todas las ganaderías de una Semana Grande desastrosa, pero vamos a esperarle.
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